Después de servir por 14 años en la iglesia Casa del Alfarero en Washington DC, Jorge y Sonia Claverie fueron enviados al área de Newington, VA a levantar una nueva obra. Iniciaron esta iglesia junto con su familia y otros hermanos que dieron su apoyo incondicional. Buscando la dirección de Dios, Él los mostro el título, el modelo, y la visión para esta nueva obra. En 1995 fue establecida la ILGC. El deseo de los pastores Claverie es hacer que cada persona se sienta parte de la familia de Dios recibiendo cuido y amor a la vez que acepte el reto esencial de madurar en la vida cristiana.
LAS VERDADES FUNDAMENTALES
La Biblia es nuestra regla suficiente de fe y conducta. Esta Declaración de verdades fundamentales tiene por objeto simplemente ser una base para la confraternidad entre nosotros (v.g., que todos hablemos una misma cosa, 1 Corintios 1:10 [RVR1960/NVI]; Hechos 2:42 [RVR1960/NVI]). La fraseología que se usa en esta declaración no es inspirada ni está en disputa, pero la verdad que se presenta se considera esencial para un ministerio del evangelio completo. No afirma que esta declaración contenga toda la verdad bíblica, sólo que abarca nuestra necesidad tocante a estas doctrinas fundamentales.
1. LA INSPIRACIÓN DE LAS ESCRITURAS
Las Escrituras, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, son verbalmente inspiradas por Dios y son la revelación de Dios para el hombre, la regla infalible y autoritaria de fe y conducta
2. EL ÚNICO DIOS VERDADERO
El único Dios verdadero se ha revelado como el eterno existente en sí mismo "YO SOY", el Creador del cielo y de la tierra y Redentor de la humanidad. Se ha revelado también encarnando los principios de relación y asociación como el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo
3. LA DEIDAD DEL SEÑOR JESUCRISTO
El Señor Jesucristo es el eterno Hijo de Dios. La Biblia declara:
Su nacimiento virginal (Mateo 1:23, Lucas 1:31, Lucas 1:35)
Su vida sin pecado (Hebreos 7:26, 1 Pedro 2:22)
Sus milagros (Hechos 2:22, Hechos 10:38)
Su obra vicaria en la cruz (1 Corintios 15:3, 2 Corintios 5:21)
Su resurrección corporal de entre los muertos (Mateo 28:6, Lucas 24:39, 1 Corintios 15:4)
Su exaltación a la diestra de Dios (Hechos 1:9, Hechos 1:11, Hechos 2:33, Filipenses 2:9-11, Hebreos
1:3)
4. LA CAÍDA DEL HOMBRE
El hombre fue creado bueno y justo; porque Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". Sin embargo, el ser humano por su propia voluntad cayó en transgresión, incurriendo así no sólo la muerte física sino también la espiritual, que es la separación de Dios.
5. LA SALVACIÓN DEL HOMBRE
La única esperanza de redención para el hombre es a través de la sangre derramada de Jesucristo, el Hijo de Dios.
Condiciones para la salvación:
La salvación se recibe a través del arrepentimiento para con Dios y la fe en el Señor Jesucristo. El hombre se convierte en hijo y heredero de Dios según la esperanza de vida eterna por el lavamiento de la regeneración, la renovación del Espíritu Santo y la justificación por la gracia a través de la fe.
Evidencias de la salvación.
La evidencia interna de la salvación es el testimonio directo del Espíritu.
La evidencia externa ante todos los hombres es una vida de justicia y verdadera santidad.
6. LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA
EL BAUTISMO EN AGUA
Las Escrituras establecen la ordenanza del bautismo en agua por inmersión. Todos los que se arrepienten y creen en Cristo como Salvador y Señor deben ser bautizados. De esta manera declaran ante el mundo que han muerto con Cristo y que han sido resucitados con El para andar en nueva vida.
LA SANTA COMUNIÓN
La Cena del Señor, que consiste en la participación de las especies eucarísticas–el pan y el fruto de la vid–es el símbolo que expresa nuestra participación de la naturaleza divina de nuestro Señor Jesucristo (2 Pedro 1:4); un recordatorio de sus sufrimientos y su muerte (1 Corintios 11:26); y una profecía de su segunda venida (1 Corintios 11:26); y un mandato para todos los creyentes "¡hasta que él venga!"
7. EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
Todos los creyentes tienen el derecho de recibir y deben buscar fervientemente la promesa del Padre, el bautismo en el Espíritu Santo y fuego, según el mandato del Señor Jesucristo. Esta era la experiencia normal y común de toda la primera iglesia cristiana. Con el bautismo viene una investidura de poder para la vida y el servicio y la concesión de los dones espirituales y su uso en el ministerio.
Esta experiencia es distinta a la del nuevo nacimiento y subsecuente a ella.
Con el bautismo en el Espíritu Santo el creyente recibe experiencias como:
la de ser lleno del Espíritu, (Juan 7:37–39, Hechos 4:8)
una reverencia más profunda para Dios, (Hechos 2:43, Hebreos 12:28)
una consagración más intensa a Dios y dedicación a su obra, (Hechos 2:42)
y un amor más activo para Cristo, para su Palabra y para los perdidos, (Marcos 16:20)
8. LA EVIDENCIA FÍSICA INICIAL DEL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
El bautismo de los creyentes en el Espíritu Santo se evidencia con la señal física inicial de hablar en otras lenguas como el Espíritu los dirija.
El hablar en lenguas en este caso es esencialmente lo mismo que el don de lenguas, pero es diferente en propósito y uso.
9. LA SANTIFICACIÓN
La santificación es un acto de separación de todo lo malo, y de dedicación a Dios.
La Biblia prescribe una vida de "santidad sin la cual nadie verá al Señor".
Por el poder del Espíritu Santo podemos obedecer el mandato que dice: "Sed santos porque yo soy santo".
La santificación se efectúa en el creyente cuando este reconoce su identidad con Cristo en su muerte y su resurrección, y por fe se propone vivir cada día en esta unión con Cristo, y somete todas sus facultades al dominio del Espíritu Santo.
10. LA IGLESIA Y SU MISIÓN
La Iglesia es el cuerpo de Cristo, la morada de Dios por el Espíritu Santo, con el encargo divino de llevar a cabo su gran comisión. Todo creyente, nacido del Espíritu Santo, es parte integral de la asamblea general e iglesia de los primogénitos, que están inscritos en los cielos.
Siendo que el propósito de Dios en relación con el hombre es buscar y salvar lo que se había perdido, ser adorado por el ser humano y edificar un cuerpo de creyentes a la imagen de su Hijo, la principal razón de ser de las Asambleas de Dios como parte de la Iglesia es:
Ser una agencia de Dios para la evangelización del mundo.
Ser un cuerpo corporativo en el que el hombre pueda adorar a Dios.
Ser un canal para el propósito de Dios de edificar a un cuerpo de santos siendo perfeccionados a la imagen de su Hijo.
Ser un pueblo que muestra el amor y la compasión de Dios a todo el mundo.
Las Asambleas de Dios existe expresamente para dar continuo énfasis a esta razón de ser según el modelo apostólico del Nuevo Testamento enseñando a los creyentes y alentándolos a que sean bautizados en el Espíritu Santo. Esta experiencia:
Los capacita para evangelizar en el poder del Espíritu con señales y milagros.
Agrega una dimensión necesaria a la adoración y a la relación con Dios.
Los capacita para responder a la plena manifestación del Espíritu Santo en la expresión de frutos, dones y ministerios como en los tiempos del Nuevo Testamento para la edificación del cuerpo de Cristo.
11. EL MINISTERIO
Nuestro Señor ha provisto un ministerio que constituye un llamamiento divino y ordenado con el cuádruple propósito de dirigir a la iglesia en:
La evangelización del mundo. (Marcos 16:15-20)
La adoración a Dios. (Juan 4:23-24)
La edificación de un cuerpo de santos para perfeccionarlos a la imagen de su Hijo. (Efesios 4:11, 16)
Satisfacer las necesidades humanas con ministerios de amor y compasión. (Salmo 112:9, , Gálatas 2:10, Gálatas 6:10, Santiago 1:27)
12. SANIDAD DIVINA
La sanidad divina es una parte integral del evangelio. La liberación de la enfermedad ha sido provista en la expiación y es el privilegio de todos los creyentes.
13. LA ESPERANZA BIENAVENTURADA
La resurrección de los que han muerto en Cristo y su arrebatamiento junto con los que estén vivos cuando sea la venida del Señor es la esperanza inminente y bienaventurada de la Iglesia.
14. EL REINO MILENARIO DE CRISTO
La segunda venida de Cristo incluye el rapto de los santos, que es nuestra esperanza bienaventurada, seguido por el regreso visible de Cristo con sus santos para reinar sobre la tierra por mil años.
Este reino milenario traerá la salvación de Israel como nación,
y el establecimiento de una paz universal.
15. EL JUICIO FINAL
Habrá un juicio final en el que los pecadores muertos serán resucitados y juzgados según sus obras. Todo aquel cuyo nombre no se halle en el Libro de la Vida, será confinado a sufrir castigo eterno en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda, junto con el diablo y sus ángeles, la bestia y el falso profeta.
16. LOS CIELOS NUEVOS Y LA TIERRA NUEVA
"Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia".